VentriloQuo
2008
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La ventriloquia, palabra derivada de
ventrílocuo, que a su vez proviene del latín ventrílocuos, "el que habla con el vientre", es el arte de modificar la voz para imitar otras voces u otros sonidos. Dado que la ventriloquia está orientada al mundo del espectáculo, forma parte de la brillantez de la actuación el que la emisión de voz se haga de la forma más discreta posible, esto es, que el ventrílocuo sea capaz de dar voz al muñeco sin mover, o casi sin mover, los labios, de modo que una vez proyectada la voz, parezca originarse efectivamente en el propio muñeco. En un principio se pensó que era el resultado de un uso poco corriente del estómago durante la inhalación, y de ahí su nombre del latín venter, "estómago" y loqui, "hablar".

La práctica de la ventriloquia se realiza casi siempre mediante un diálogo, generalmente cómico y/o sarcástico, entre una persona y un muñeco al que aquel le presta la voz. Estos muñecos se denominan "dummies". Se han encontrado restos de ventriloquia en el arte egipcio y en la arqueología hebrea. Eurycles de Atenas, el primer ventrílocuo del que se tiene noticia, se hizo tan famoso que los ventrílocuos griegos fueron llamados los eurycleides, además de ser conocidos como engastrímanteis, es decir, profetas de la barriga. En Francia, el primer ventrílocuo conocido fue Louis Brabant en el siglo XVI.La técnica se perfeccionó en el siglo XVIII. En 1745 ya existían artistas transhumantes que hablaban con pajaritos en un diálogo disparatado. También la ventriloquia era conocida y practicada en India y China. Arthur Prince,
nacido en Gales en 1881 y uno de los primeros ventrílocuos modernos de los que se tienen datos, ostenta el honor de haber sido el primer ventrílocuo en beber y hablar al mismo tiempo. Además, está enterrado con su títere y su esposa., aunque el más famoso ventrílocuo que ha existido fue Edgar Bergen, un artista nacido en Chicago, que se presentaba ante el público en traje de frac, en tanto que su muñeco, Charlie McCarthy, llevaba un monóculo, galera de copa y traje de etiqueta. El títere de Berger está hoy expuesto en el Museo Smithsoniano como pieza histórica, aunque hay otras dos versiones: la segunda está en el Museum Of Broadcast Communications de Chicago y la tercera fue comprada por el mago David Copperfield por 110.000 dólares. Se trata de producir la voz de modo que parezca que el sonido no procede de nuestra boca. Para ello, debemos realizar una profunda inhalación de aire para después ir liberándolo lentamente, al tiempo que modificaremos la voz con ayuda de los músculos guturales y paladiales. La ilusión se acentuará con la inmovilidad de los músculos visibles relacionados con la palabra, as’ como mediante gestos y miradas que sugieran al espectador una falsa procedencia del sonido. Pocos ventrílocuos podrán engañar en la oscuridad. Así, que tendremos que tener todas las luces encendidas. La mayoría se valen de marionetas de labios móviles, en los que queda prendida la atención del público. Así que os debéis hacer con una.

La mano misma sirve, si le ponéis una peluca y juntáis el pulgar y el ’índice para formar la
imagen de una boca. Saber que el arte de la ventriloquía debe su nombre a la errónea idea que poseían los romanos de que el artista extraía su voz del estómago o vientre.

La ventriloquía no puede desarrollarse en la oscuridad; no tiene sentido sacar un conejo de una
chistera a oscuras, ni levitar cuando no se puede ver, ni dar voz a un muñeco cuando el muñeco no se encuentra a la vista. La decisiónón del mago de ser transparente es una decisiónón de verosimilitud; se obliga a hacer lo posible para ser verosímil. En la oscuridad, el artista sólo es verdadero o falso; al no mostrarse sólo depende de la visión de sí mismo hacia sí mismo. La
voluntad de ser transparente es una voluntad eminentemente social. Mediante el muñeco, el mago proyecta su lenguaje, su mensaje de forma que cobra sentido en tanto en cuanto está en contacto con el otro. Por otro lado, magnifica la forma en la que habla el muñeco; lo "enfermiza", lo "heretiza", lo "irresponsabiliza" para así conseguir la atención del espectador, de la misma manera que el bufón era asumido en la vida cotidiana porque representaba una
inconsciencia, que supuestamente no podía hacer daño. Normalmente, los muñecos acostumbran a decir cosas de cargado talante irónico e incluso cínico respecto a la vida social.

El muñeco asume una especie de sentido común, íntimo, personal, individualizado, intransferible. El público lo respeta en su opinión porque sabe que dice "verdades veladas", e incluso le confirma en sus opiniones al reír aquellas bromas menos veladas. De alguna manera, se ha verosimilizado en su representación; no es que su discurso diga cosas verdaderas, sino que, como los abogados ante el jurado, la manera de decirlo es persuasiva. La ventriloquía es el arte de la implosión, en el momento en que uno sabe de las diversas voces que pueblan su universo, siendo todas ellas susceptibles de expresarnos. La ventriloquía es la comunicación de la esquizofrenia. Los románticos (Jean Paul, Schumann) "constituyeron" el DoppelgŠnger; una figura-recurso en la que proyectaban sus diferentes alter-egos, conscientes de no poder hablar simplemente con una sola voz. La ventriloquía es un acto de violencia crítica pues al ser
muchos a la vez provocamos nuestra falta de representatividad, base esencial del control político de nuestra sociedad.


"Cualquier tiempo pasado fue (naturalmente) mejor, y (técnicamente) peor"


García Bacca



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