El hombre de la curva. Serie Mitos urbanos

2006

Acción


A lo mejor sucedió realmente, o puede llegar a ocurrir, pero nadie parece haber sido testigo directo del suceso. El mito urbano sucede en una dimensión paralela, un plano idéntico al nuestro pero en el que se hace verosímil lo improbable. A veces, el mito urbano es un deseo colectivo, una esperanza, otras veces un temor... una premonición. Otras veces, una explicación improvisada o una lección moralizante que se deja leer entre líneas.

Es muy difícil, la mayoría de las veces, rastrear los orígenes de estas historias que circulan con status de leyendas. Estas aparecen y se repiten no solo en la tradición oral sino también en los medios de comunicación. Es probable que algunas de estos relatos sean elaborados intencionalmente con algún objetivo en particular como por ejemplo, desacreditar a alguien u obtener beneficios comerciales. Otras veces, puede surgir de algún relato que se deforma a partir del original o simplemente de una ficción deliverada que al transmitirse adquiere el valor de una historia ‘real’.

Ahora bien, la pregunta es por qué una leyenda urbana, que de por sí contiene elementos claramente irracionales, se transforma en un relato creíble. En efecto, muchos de estos relatos, si bien no son abiertamente fantásticos, son, al menos sorprendentes por improbables. Pareciera como que tras un efecto de saturación informativa a través de las fuentes tradicionales, se abre un espacio informal en el que el relato de un testigo anónimo, con el que no tendríamos otro vínculo que el anonimato, sea aceptado a través del "beneficio de la duda". Lo extraño no por improbable es necesariamente imposible, y así se define la puerta de entrada por la cual ingresa el relato mitológico contemporáneo.

De esta manera, una leyenda urbana cumple la función de darle al sujeto la posibilidad de expresar una opinión personal, un temor o acaso una sospecha. Tal vez encuentre un atajo para una explicación demasiado compleja, excesivamente elaborada. El mito es una expresión tan antigua como la cultura y su estructura resiste en nuestras mentes así como nuestros miedos y anhelos y no deja de expresarse con formatos nuevos, adaptados al tiempo que nos tocó vivir.


La creencia en la publicidad sublimizar se basa en el supuesto de que un estímulo pueda ser percibido por bajo el umbral de la conciencia y provoque consecuencias incontrolables sobre la conducta de los consumidores sin que estos puedan defenderse de esta manipulación invisible.

La hipótesis ha dado lugar diversas especulaciones y hasta una basta serie de afirmaciones dudosas relacionados con la supuesta capacidad 'secreta' de la publicidad para afectar nuestra conducta sin que nada podamos hacer para detener esta influencia. Así surgen los diferentes mitos, que afirman, por ejemplo, que entre las sombras ocultas del isotipo de los cigarrillos ‘Camell’ claros signos fálicos estimulan deseos sexuales.

En este sentido, el muy comentado libro de Wilson Bryan Key, Seducción subliminal, pretende dar a luz sobre diversas técnicas supuestamente utilizadas para producir mensajes subliminales, específicamente de contenido sexual a través de imagenes fotográficas retocadas. De esta forma, señala:

"La percepción subliminal es un tema que casi nadie quiere creer que exista, y si existiera, son menos aun los que piensan que pueda tener una aplicación práctica. Sin duda resulta más fácil ignorar simplemente lo que pasa (...) Todos hemos sido embaucados y manipulados con estímulos subliminales que los mercaderes de la comunicación dirigen a nuestro subconsciente. Estas técnicas son utilizadas ampliamente por los medios de comunicación, la publicidad, las agencias de relaciones públicas, las compañías industriales y comerciales e incluso el mismo gobierno federal. Todos han sabido guardar muy bien el secreto. El ciudadano común, así como la mayoría de los sociólogos e intelectuales, simplemente no saben lo que está sucediendo. Por otro lado, y todavía más sorprendente, parecen no querer saber lo que ocurre". Bryan Key (1973)

Sin embargo, científicamente hablando, no hay evidencia alguna de que algún tipo de acción subliminal pueda ejercer influencia relevante sobre la conducta. Y en este sentido, no son pocos los que opinan que el denunciate trabajo de Key habla más de sí mismo que de los supuestos inserts de connotación sexual en las producciones gráficas. Un conocido aviso de la Amercian Association of Advertising Agences, en clara alusión al 'mito' de la publicidad subliminal, reza bajo la fotografía de un vaso de whiskey:

La gente ha tratado de encontrar los senos en estos cubos de hielo desde 1957 La industria de la publicidad cambia algunas veces con respresentaciones ocultas pequeñas y seductoras que se transforman en anuncios. Supuestamente, estas representaciones pueden llevarse a comprar un producto sin que ud. siquiera lo vea. Considere esta foto. Según algunas personas, hay un par de senos femeninos ocultos en los patrones de luz refractado por los cubos de hielo. Bueno, si de verdad buscara, tal vez vería los senos. Y también podría ver a Milliard Fillmore, una tajada de carne de puerco rellena y un Dodge 1496. El punto es que la llamada 'publicidad subliminal' no existe. Sin embargo, las imaginaciones sobreactivas, con certeza, si existen. Por consiguiente, si alguien alega ver los senos en la bebida que se muestra, éstos no son los cubos de hielo. Ellos están en los ojos del contemplador.Publicidad: otra palabra para la libertad de expresión.